Protege tu piel de factores externos

Protege tu piel de factores externos

Sol, frío, contaminación...

Proteger tu piel de las agresiones ambientales significa adoptar una rutina de belleza dedicada a la barrera protectora natural de la epidermis.

Ingredientes: nutrición, hidratación, suavidad y filtros anti-UV!

¿Cómo proteges tu piel de la contaminación?

La contaminación es una auténtica lacra para nuestra piel. De hecho, los investigadores han demostrado que acelera el envejecimiento de la piel mediante la liberación de radicales libres. Tampoco es el único efecto perjudicial, ya que puede hacer que la piel se vea más grasa o que aparezcan imperfecciones. En definitiva, si quieres mantener tu piel joven durante más tiempo y eliminar las imperfecciones, el enemigo del que debes protegerte es la contaminación.

¿Cómo?

En primer lugar, siguiendo una higiene facial minuciosa: desmaquíllate y si tu piel es grasa, límpiala mañana y noche con una leche, gel limpiador o agua micelar purificante.

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 Luego, utiliza una crema hidratante más o menos nutritiva después de cada lavado, según la naturaleza de tu piel: ligera para pieles grasas, más fundente para pieles normales y secas. ¡Una epidermis bien hidratada está mejor armada contra las agresiones externas como la contaminación!

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Si tu piel presenta signos de agresión asociados a los radicales libres (arrugas, piel apagada, imperfecciones, puntos negros, etc.), puedes tomar un tratamiento de vitamina E, uno de los activos antioxidantes más ricos que se conocen hasta el momento.

Descubriendo el ingrediente activo puro de la vitamina E

¿Cómo proteges tu piel del sol?

Los rayos UVA y UVB tienen consecuencias sobre la epidermis y destacan especialmente los efectos de la contaminación.

Los rayos UVA son los rayos que penetran más profundamente en la piel. Son los responsables del envejecimiento de la piel. A estos rayos ultravioleta le debemos la aparición de manchas marrones por hiperpigmentación.

 Los rayos UVB causan quemaduras solares. Estas dolorosas quemaduras pueden dejar cicatrices en la piel que pueden volverse marrones con el tiempo.

 Regla número uno, limite la exposición a las horas más frescas y quédese en la sombra si es posible!

Regla número dos, usa protector solar que proporcione una protección adecuada contra los rayos UVA y UVB. El factor de protección solar ideal (SPF o SPF en inglés) es de al menos 30. Si aún no te has expuesto al sol y tu piel es propensa a las quemaduras solares, puedes optar por los productos Livben SPF50+ que te permiten combatir los rayos UVA.

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Si es necesario, después de un período de exposición al sol, puede calmar el juego en el lado de la melanina y reducir las manchas marrones inducidas por el sol con glabridina, que es un excelente agente aclarante y proporciona una tez más uniforme.

Otro gran enemigo de la piel: ¡el frío!

En el invierno, el aire se vuelve más seco y su piel a veces está expuesta a temperaturas bajo cero, así como a frecuentes transiciones de frío a calor y viceversa. Conclusión ? La piel se pone tensa, enrojecida, con picor, incómoda... En definitiva, ¡se reseca! Además, el frío puede agravar algunas afecciones cutáneas ya existentes, como la dermatitis atópica.

 Una solución: proteger bien la piel fortaleciendo la película hidrolipídica. Si su piel es seca, asegúrese de proporcionar nutrientes adicionales con un humectante más rico (por ejemplo, en aceites vegetales).

¿Eres propenso a jugar al ermitaño en invierno? Asegúrate de salir al exterior al menos una vez al día, protegiendo bien tu piel. ¡Incluso cuando está escondido, el sol es bueno para la piel, la moral y el sistema inmunológico!